martes, 26 de abril de 2011

Reflexiones sobre el papel de la mujer en Nicaragua.

Reflexiones sobre el papel de la mujer en Nicaragua.

Eduardo López H.


Las mujeres nicaragüenses han vivido en términos históricos una situación muy difícil, su condición de mujer o sexo débil como se les ha llamado, las ha relegado a personas de segunda categoría, habiendo nacido según la tradición machista para procrear hijos y para ejercer labores domesticas en el hogar. En pleno siglo XXI, todavía en Nicaragua son muy visibles las expresiones culturales machistas que hacen de la mujer un objeto, salvo excepciones de organismos e instituciones que luchan por hacer valer el papel de la mujer en nuestra sociedad.
A pesar del peso de la tradición que ha condenado a las mujeres nicaragüenses a un rol de segunda clase, no podemos obviar su lucha  por hacer valer sus derechos, ha estado presente a largo de la historia y sobre todo en el siglo XX donde las mujeres dieron muestras contundentes de su deseo de emanciparse no solo de la tradición machista que quedo establecida desde la colonia, cuando las mujeres fueron obligadas a servir sexualmente a los conquistadores,  sino que también por sus derechos ciudadanos y políticos que son al fin derechos humanos  muy bien merecidos para un sector de la sociedad que representa más del 50% de la población y que hace un aporte invaluable al desarrollo social, económico y productivo a nuestro país.
En su larga lucha por emanciparse, es importante señalar que desde  1920 las mujeres nicaragüenses comenzaron a tomar conciencia nacional antiimperialista al involucrarse en la lucha del general de hombres libres Augusto Cesar Sandino, incluso un grupo de mujeres, por qué no decirlo, de prostitutas, rescataron los fusiles del traidor José María Moncada para entregárselos a Sandino.
Es imposible entender la historia de Nicaragua sin la participación de la mujer, sobre todo en la lucha contra la dictadura somocista y auque gran parte de los cargos de liderazgo estuvieron en manos de los hombres, la participación de las mujeres  en la lucha fue parte de una tradición en el movimiento sandinista. Su numerosa participación puede entenderse claramente cuando se considera las condiciones de vida que sufrieron las mayorías en Nicaragua. Hubo una terrible disparidad entre la extrema pobreza de la gran mayoría y la riqueza de una minoría marginal. La situación económica tuvo un efecto particular en las mujeres de Nicaragua. Las mujeres eran una gran parte de la fuerza laboral  y muchas veces eran el sostén de la familia cuando el marido las abandonaba. La escritora Margaret Randall afirma que “ La numerosa participación de la mujer en el proceso revolucionario fue en parte el resultado de su integración en la economía nacional.” Con el triunfo de la revolución sandinista fue posible empezar a dar pasos firmes en la abolición de  la discriminación de la mujer desde el punto de vista político, social, económico y cultural.
En términos organizativos, la expresión más visible en Nicaragua fue la fundación de AMPRONAC ( asociación de mujeres ante la problemática nacional) en el año 1977, un invaluable primer esfuerzo por organizar, dirigir e intentar romper las barreras que impedían la integración total  e igual de la mujer  en nuestra sociedad.







El aporte de la mujer por la liberación de Nicaragua no solo se centró en su lucha por hacer valer sus intereses, sino que además aporto sus hijos quienes entregaron sus vidas por el país, tanto en el periodo de la dictadura como en la defensa de la revolución, este
ha sido un aporte sin precedentes en la liberación de un pueblo, de ahí, la enorme autoridad moral de las mujeres por reclamar su espacio de primer orden en la sociedad,
Magda Enriquez, dirigente del movimiento de mujeres Luisa Amanda Espinoza durante el periodo revolucionario de los años ochenta señala lo siguiente en relación al papel de la mujer en el derrocamiento de la dictadura: “ A lo largo de toda esta experiencia, no solo aprendimos de lo que éramos capaces de hacer, sino además la imagen de las mujeres comenzó a cambiar en la sociedad nicaragüense. Nuestro pueblo comenzó a darse cuenta de que éramos capaces nosotras, como mujeres. De hecho, nunca dijimos que éramos iguales, simplemente lo demostramos en el campo de batalla, en las barricadas, en las montañas y en las ciudades.”
Para las mujeres nicaragüenses afortunadamente los espacios ganados en el ámbito jurídico encuentran bases sólidas para legitimar la igualdad de derechos y deberes de hombres y mujeres en Nicaragua; sin embargo, todavía es necesario desarrollar conciencia alrededor de las costumbres y la cultura, como también las reflexiones y acciones que debe llevar a cabo la sociedad política por reconocer el papel de la mujer y su aporte en la lucha por una sociedad mejor, la que encuentra obstáculos actualmente en las consecuencias de la aplicación en estos últimos quince años de las políticas neoliberales que has sido altamente negativas desde el punto de vista socio-económico para nuestro país, reflejándose en los crecientes  niveles de pobreza de nuestra sociedad, que hoy abarca al  75 % de la población y donde las mujeres del campo y la ciudad son parte de esta dramática situación, sin embargo, el reto esta planteado y en estas nuevas circunstancias históricas, los y las nicaragüenses debemos enfrentar el futuro y enrumbarnos por la senda del desarrollo que tanto lo necesitamos las presentes y futuras generaciones.

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