El mercado común Centroamericano
nació en los años sesenta y es hijo del Programa Alianza Para el Progreso,
programa impulsado por los Estados Unidos con el propósito de contrarrestar a
la Revolución Cubana, la Alianza incluía toda una serie de programas, todos con
una intención ideológica principalmente los que estaban orientados a la
educación. América Latina en general fue
insertada en la Alianza y desde luego Nicaragua, que sufría del dominio de la
Dictadura Somocista, una de las más sangrientas de la región era la que cuidaba
más celosamente los intereses norteamericanos.
El MERCOMUN, fue el
inicio del proceso de industrialización de Nicaragua, llamado también, la
industria del periodo sustitutivo, por que lo que se buscaba era la sustitución
de importaciones, lo que al final de cuentas no se dio, porque este tipo de
industria era de carácter dependiente, por eso se le llamaba industria de toque
final. La maquinaria que se utilizó para iniciar la mal llamada industria, era
una maquinaria obsoleta que solo servía para darle el toque final a los
productos que nos llegaban a granel, por ejemplo: La avena venia en barriles y
solo se pasaba a pequeños tarros o el papel higiénico, que sólo se cortaba de
las grandes bovinas en que llegaba.
Con la industrialización
dependiente empezó a crecer nuestra
deuda externa y esto fue producto de que los equipos industriales no se
regalaban, se fueron convirtiendo en deuda pública que poco a poco fue
creciendo. Con el MERCOMUN, en Nicaragua se fue acentuando la diferenciación
regional, es decir, la región del pacifico fue alcanzando un mayor “desarrollo”
en detrimento del resto del país, donde casi era nulo el progreso, sobre todo
en el campo de la infraestructura como: carreteras, luz eléctrica, agua,
puentes, escuelas, etc.
El mercado común no
resolvió los problemas del subdesarrollo y la pobreza del país, más bien nos
hizo más dependientes de los países ricos, en particular de los Estados Unidos.
En cuanto a la pobreza, las desigualdades sociales eran muy marcadas, lo que ya
venia siendo muy visible desde el cultivo del algodón con la introducción de
factores capitalistas en la agricultura nicaragüense. Los grupos económicos de
poder nacidos con el algodón como el grupo BANIC, BAC y el grupo Somoza, se
continuaron consolidando porque incursionaron en otras ramas de la economía
como eran los servicios, seguros, la industria, etc.
Para finales de los
años sesenta, el mercomun estaba agotado, los diferentes países del área, no
habían logrado una verdadera integración, más bien existían disparidades en las
actividades industriales que desarrollaban, acentuando los desniveles de “desarrollo”
de cada una de las naciones, por ejemplo: Guatemala, El Salvador y Costa Rica
tenían un PIB superior a Nicaragua y Honduras, además por los niveles de
pobreza de la mayoría de la población, está no tenia la capacidad de consumir
lo que se producía.
En síntesis, la
industrialización inducida desde afuera, no fue una alternativa viable de los
Estados Unidos ni para resolver los problemas estructurales de Centroamérica,
ni para contrarrestar a la Revolución Cubana. La Alianza Para el Progreso que
era la sombrilla de toda esta estrategia había fracasado, los pueblos
continuaron con su lucha en la búsqueda de su emancipación definitiva.