Las Comunidades del Café, Entre la Seguridad Alimentaria y la Seguridad Nutricional.
MSc.
Eduardo López H. Docente FAREM. Director de ASDENIC.
Garantizar al menos la
seguridad alimentaria deberá ser el reto de las familias del café en los
próximos años, ante la compleja realidad que se ha generado debido al impacto
de la roya en los cafetales nicaragüenses, sobre todo en los pequeños y
medianos productores quienes producen un poco más del 90% del café en
Nicaragua, pero que son los más afectados.
Según estimaciones
preliminares sobre la cosecha 2013-2014, la producción podría andar entre 1.6 y
1.7 millones de quintales, que a criterio de algunas organizaciones cafetaleras
sería desastrosa. Es importante señalar que el último ciclo con resultados
positivos fue la cosecha 2011-2012, con una producción de 2.28 millones de
quintales.
Las comunidades del café están resintiendo
desde el año pasado los efectos de la roya en sus vidas, es decir en su
realidad socio-económica y productiva, lo que no tiene visos de solución al
menos en los próximos dos años, porque están en una etapa de renovación de sus
cafetales y siempre con la amenaza latente del flagelo destructor de los
cafetales. En el norte de Nicaragua, un 26% de los cafetales necesitan
renovación, es decir unas 23,400 manzanas, de las 90,000 mil que se siembran
del grano de oro, las manzanas a renovar son mayoritariamente de pequeños
productores que no han tenido otra alternativa de vida más que la caficultura y
en escala muy pequeña con rendimientos de producción y productividad
extremadamente bajos.
¿Como garantizar la
seguridad alimentaria de las comunidades del café? ¿Cómo aspirar a su seguridad
nutricional? No es una tarea fácil cuando no se tienen los recursos económicos
que les genera el café y cuando habrá un desplome del empleo, porque muchas
familias además de dedicarse a su pequeña parcela, cortan café en otras fincas.
La crisis cafetalera puede significar este año un desempleo aproximado de
cincuenta mil personas, esto sin incluir a personas que participan de la
cosecha como jaladores, choferes, vigilantes, transportistas y personal que
labora en los beneficios de café.
Es de apremiante
necesidad un plan de emergencia a corto plazo, que permita encontrar respuestas
concretas frente a la crisis que viven las comunidades del café y la más
viable, es la diversificación productiva a la par de la renovación cafetalera,
diversificación que garantice una alimentación básica pero que también sea
producida para fines comerciales y de esa manera llevar ingresos a la casa, lo
que implica ver la parcela como una pequeña empresa y no como una simple área
de tierra que siempre ha dado el sustento de manera marginal. La crisis actual
del café, es una lección aprendida donde las comunidades deberán salir
fortalecidas, y demostrar que las crisis no deben seguir siendo cíclicas, porque
la riqueza material y humana es un capital de un valor incalculable para salir
de la pobreza.
Octubre 2013.
esta muy interesante la publicación y muy bien organisado
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