La Presencia Norteamericana en Nicaragua
MSc. Eduardo López H.
Miembro del Concejo de Facultad, FAREM Estelí.
Estados
Unidos consideró por mucho tiempo a América Latina como su patio trasero y en
el contexto de ese designio, presencia
norteamericana se hizo visible a través de asonadas, golpes de estado,
intervenciones militares, notas diplomáticas, empresas transnacionales, control
electoral, etc. Desde luego que Nicaragua no fue la excepción de esa política,
más bien fue uno de los casos más emblemáticos visto desde la perspectiva
intervencionista norteamericana, es decir fuimos desgraciadamente un modelo de
intervención, una forma de dominio practicada desde el centro hacia la
periferia.
Nicaragua
siempre estuvo acechada por las grandes potencias, debido fundamentalmente a la
posibilidad de construir un canal interoceánico dada la
posición geoestratégica privilegiada del país. Con el desarrollo del
capitalismo a nivel planetario en el siglo XIX, el interés por el canal aumento,
en particular por Estados Unidos que se habían convertido en una joven potencia
en ascenso, que habían lanzado como estandarte de su nobel poderío la Doctrina
Monroe, con el interés de garantizarse el dominio del continente americano
frente a cualquier potencia extracontinental y de esa manera garantizar sus
pretensiones de dominio en Nicaragua y en particular la codiciada ruta
canalera.
El
descubrimiento del oro en california, fue un factor clave para profundizar el
interés por la ruta canalera por parte de Estados Unidos, aun y cuando otras
potencias también tenían mucho interés. En la segunda mitad del siglo XIX, no
solo se firmaron tratados con Estados Unidos relacionados con la construcción
del canal, también la presencia de los filibusteros norteamericanos derrotados
en la guerra nacional tenían clavados sus ojos en el proyecto canalero, como lo
demuestran las agrias disputas por el mismo entre el Comodoro Cornelius
Vanderbilt, quien había obtenido una franquicia de trasporte marítimo por el
Río San Juan por parte del gobierno de Nicaragua y William Walker filibustero y
representante del sur esclavista de Estados Unidos. La expulsión de los mercenarios
norteamericanos encabezados por Walker en el año 1856, fue la primera derrota
de los gringos en América Latina y un triunfo anti-intervencionista del pueblo
nicaragüense.
Para
fines del siglo XIX, Estados Unidos daba pasos firmes hacia una posición
imperial, lo que estaba sustentado en ese momento en la teoría del Big Stick de
Tehodoro Roosevelt, por lo tanto, cualquier posición de un país de América
Latina o el Caribe contraria a los gringos, era castigada con la intervención
militar y eso le sucedió a Nicaragua cuando José Santos Zelaya, que llego al
poder en Nicaragua en 1893 como producto de una revolución liberal, al asumir
una posición nacionalista con relación a la construcción del canal
interoceánico, es decir, que se construyera con capital de varios países y no
sólo norteamericano, fue inmediatamente expulsado del poder, mediante una insolente
nota diplomática, la famosa nota Knox del año 1909, con lo que se inicia una
prolongada intervención norteamericana en Nicaragua, hasta que en el año 1933
son expulsados por la lucha tenaz emprendida por Augusto C Sandino y su
Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional.
Con
la intervención de 1909, Nicaragua adquirió un status de estado semicolonial y
las decisiones en materia militar, política, diplomática, económica y financiera estuvieron en manos de los
Estados Unidos y esto dio como resultado la creación de un ejercito al servicio
de los intereses norteamericanos y de los grupos de poder político y económico
representado por los liberales y conservadores, que eran grupos oligárquicos al
servicio del imperio. Otras expresiones intervencionistas son: elecciones
supervigiladas por la marinería norteamericana, prestamos financieros
condicionados, la firma del oneroso tratado Chamorro-Bryan de 1914 sobre el
canal interoceánico, la explotación de los recursos naturales por empresas
transnacionales y desde luego la
imposición del fundador de la dinastía somocista el General Anastasio Somoza
García, con quien se inicia una de las dinastías más feroces de América Latina
que va a durar 42 años, hasta que en
1979 el Frente Sandinista de Liberación Nacional expulsa del poder al último de
los Somoza mediante una revolución popular.
El
somocismo significo tortura, exilio, pobreza, explotación y muerte para el
pueblo nicaragüense, fue una dictadura que era dueña del país, los Somoza
manejaron Nicaragua como si fuera su finca, la guardia somocista era entrenada
por el ejercito de Estados Unidos y era una guardia personal de la familia. A
lo largo del siglo XX y hasta 1979, Estados Unidos sentía que sus intereses
estratégicos en Centroamérica estaban protegidos y garantizados por el
somocismo, incluso, Nicaragua fue base para intervenciones norteamericanas en
países que luchaban por quitarse el yugo imperial, como ejemplo tenemos a
Guatemala, República Dominicana y Cuba.
En
síntesis, Nicaragua fue un país sometido por muchas décadas a los designios de
la política de Estados Unidos y en esta triste realidad, tuvieron mucha culpa
los partidos liberal y conservador, quienes con una posición entreguista y
defendiendo intereses mezquinos, fueron los garantes de la presencia extranjera
en detrimento de los intereses nacionales, por eso fue que a lo largo de la
historia murieron miles de patriotas por tener una patria libre y soberana, con
su propia identidad y con un pueblo deseoso de paz, progreso y bienestar.
Octubre
2013.
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