viernes, 11 de octubre de 2013

La Presencia Norteamericana en Nicaragua



La Presencia Norteamericana en Nicaragua 

                   
MSc. Eduardo López H.  Miembro del Concejo de Facultad, FAREM Estelí.



Estados Unidos consideró por mucho tiempo a América Latina como su patio trasero y en el contexto de ese designio,  presencia norteamericana se hizo visible a través de asonadas, golpes de estado, intervenciones militares, notas diplomáticas, empresas transnacionales, control electoral, etc. Desde luego que Nicaragua no fue la excepción de esa política, más bien fue uno de los casos más emblemáticos visto desde la perspectiva intervencionista norteamericana, es decir fuimos desgraciadamente un modelo de intervención, una forma de dominio practicada desde el centro hacia la periferia.
Nicaragua siempre estuvo acechada por las grandes potencias, debido fundamentalmente a la posibilidad de construir un canal interoceánico dada la posición geoestratégica privilegiada del país. Con el desarrollo del capitalismo a nivel planetario en el siglo XIX, el interés por el canal aumento, en particular por Estados Unidos que se habían convertido en una joven potencia en ascenso, que habían lanzado como estandarte de su nobel poderío la Doctrina Monroe, con el interés de garantizarse el dominio del continente americano frente a cualquier potencia extracontinental y de esa manera garantizar sus pretensiones de dominio en Nicaragua y en particular la codiciada ruta canalera.
El descubrimiento del oro en california, fue un factor clave para profundizar el interés por la ruta canalera por parte de Estados Unidos, aun y cuando otras potencias también tenían mucho interés. En la segunda mitad del siglo XIX, no solo se firmaron tratados con Estados Unidos relacionados con la construcción del canal, también la presencia de los filibusteros norteamericanos derrotados en la guerra nacional tenían clavados sus ojos en el proyecto canalero, como lo demuestran las agrias disputas por el mismo entre el Comodoro Cornelius Vanderbilt, quien había obtenido una franquicia de trasporte marítimo por el Río San Juan por parte del gobierno de Nicaragua y William Walker filibustero y representante del sur esclavista de Estados Unidos.  La expulsión de los mercenarios norteamericanos encabezados por Walker en el año 1856, fue la primera derrota de los gringos en América Latina y un triunfo anti-intervencionista del pueblo nicaragüense.  
Para fines del siglo XIX, Estados Unidos daba pasos firmes hacia una posición imperial, lo que estaba sustentado en ese momento en la teoría del Big Stick de Tehodoro Roosevelt, por lo tanto, cualquier posición de un país de América Latina o el Caribe contraria a los gringos, era castigada con la intervención militar y eso le sucedió a Nicaragua cuando José Santos Zelaya, que llego al poder en Nicaragua en 1893 como producto de una revolución liberal, al asumir una posición nacionalista con relación a la construcción del canal interoceánico, es decir, que se construyera con capital de varios países y no sólo norteamericano, fue inmediatamente expulsado del poder, mediante una insolente nota diplomática, la famosa nota Knox del año 1909, con lo que se inicia una prolongada intervención norteamericana en Nicaragua, hasta que en el año 1933 son expulsados por la lucha tenaz emprendida por Augusto C Sandino y su Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional.
Con la intervención de 1909, Nicaragua adquirió un status de estado semicolonial y las decisiones en materia militar, política, diplomática, económica  y financiera estuvieron en manos de los Estados Unidos y esto dio como resultado la creación de un ejercito al servicio de los intereses norteamericanos y de los grupos de poder político y económico representado por los liberales y conservadores, que eran grupos oligárquicos al servicio del imperio. Otras expresiones intervencionistas son: elecciones supervigiladas por la marinería norteamericana, prestamos financieros condicionados, la firma del oneroso tratado Chamorro-Bryan de 1914 sobre el canal interoceánico, la explotación de los recursos naturales por empresas transnacionales  y desde luego la imposición del fundador de la dinastía somocista el General Anastasio Somoza García, con quien se inicia una de las dinastías más feroces de América Latina que va a durar 42 años, hasta que  en 1979 el Frente Sandinista de Liberación Nacional expulsa del poder al último de los Somoza mediante una revolución popular. 
El somocismo significo tortura, exilio, pobreza, explotación y muerte para el pueblo nicaragüense, fue una dictadura que era dueña del país, los Somoza manejaron Nicaragua como si fuera su finca, la guardia somocista era entrenada por el ejercito de Estados Unidos y era una guardia personal de la familia. A lo largo del siglo XX y hasta 1979, Estados Unidos sentía que sus intereses estratégicos en Centroamérica estaban protegidos y garantizados por el somocismo, incluso, Nicaragua fue base para intervenciones norteamericanas en países que luchaban por quitarse el yugo imperial, como ejemplo tenemos a Guatemala, República Dominicana y Cuba.
En síntesis, Nicaragua fue un país sometido por muchas décadas a los designios de la política de Estados Unidos y en esta triste realidad, tuvieron mucha culpa los partidos liberal y conservador, quienes con una posición entreguista y defendiendo intereses mezquinos, fueron los garantes de la presencia extranjera en detrimento de los intereses nacionales, por eso fue que a lo largo de la historia murieron miles de patriotas por tener una patria libre y soberana, con su propia identidad y con un pueblo deseoso de paz, progreso y bienestar.
Octubre 2013.

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