MSc. Eduardo López H.
Docente UNAN FAREM Estelí.
La sociedad del
conocimiento, en la que hoy vivimos, también sociedad del aprendizaje
permanente, requiere de su permanente construcción; dada la rápida obsolescencia
del conocimiento, pero es una construcción que debe ser pertinente para que rinda sus frutos en provecho de la sociedad en
general, ese provecho, para que sea sustancial, sólo es posible popularizando
el conocimiento y la ciencia, que
tampoco implica renunciar a la calidad.
Los problemas del
entorno se han venido resolviendo muchas veces, de manera empírica, un ejemplo
concreto es el caso de los rendimientos productivos en la agricultura que
continúan siendo deficitarios; en este sentido, se requiere de capacitar a nuestros productores para que
el valioso conocimiento empírico que poseen, lo trasformen en conocimiento
científico-técnico, utilizando metodologías que popularicen ese conocimiento para
que sea asequible a todos, de ahí que la secundaria y la universidad en el
campo son pasos importantes, en esa dirección.
Desde los diferentes subsistemas de educación,
debe explicarse de manera sencilla y con sentido de pertinencia, cómo funciona
la ciencia, cuál es su fundamento, su utilidad para la sociedad y en niveles
superiores, priorizar la investigación socialmente útil y culturalmente
relevante. Por ejemplo:
las jornadas científicas de nuestras universidades públicas, son el mejor
vehículo para popularizar la ciencia, ella es la respuesta innovadora y
emprendedora para que la ciencia se popularice, que es igual a que se humanice,
porque ahí donde haya un problema científico, social, humano, etc. ahí debe
estar la universidad.
El aprender, emprender y prosperar, debe tener
como uno de sus ejes centrales la popularización de la ciencia, para que los
niños y los jóvenes, se formen en la curiosidad científica, en la observación,
en el ensayo y el error, en lo que no está resuelto; en el desarrollo de
competencias cognitivas y en el paso del “yo empírico”, al sujeto epistémico, con
lo cual se están sentando bases sólidas para procesos presentes y futuros de
innovación y emprendimiento de nuestros estudiantes, que como futuros profesionales,
deberán construir sus propios proyectos de vida.
Popularizar la ciencia, requiere de aprendizajes
significativos que viabilicen una formación holística y pertinente y como dice
Paulo Freire: “la práctica educativa es el proceso concreto, no como hecho consumado,
sino como movimiento dinámico en el cual tanto la teoría como la práctica se
hacen y rehacen en sí mismas, dado el contexto en el que se desarrolla y la
dialogicidad entre los intervinientes, educandos y educadores”
Julio 2017
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