Paris bien vale un acuerdo amigable con el ambiente
MSc. Eduardo López H. Miembro del Consejo de
Facultad, FAREM Estelí, UNAN-Managua.
Se
ha iniciado en estos días una conferencia más sobre cambio climático, (COP 21),
cuya sede este año es París y donde se ha dado cita la comunidad mundial, en la búsqueda de un acuerdo histórico que
apunte a una reducción de gases de efecto invernadero, que cada día hacen más
insostenible la situación ambiental en la madre tierra.
Esta
conferencia de las partes, debe ser un parte aguas ante los resultados nada halagadores
de las cumbres o conferencias anteriores,
donde las promesas y acuerdos han sido papel mojado frente a una realidad
ambiental en franco deterioro, en detrimento de los ecosistemas, es decir, de
la naturaleza y la sociedad en general. El objetivo del calentamiento global no
puede esperar y París debe ser el inicio de esta gran movilización que
involucra a todo el planeta y que debe producir resultados sustantivos para que
el siglo XXI sea realmente sostenible y sustentable.
¿Acaso
no debe ser preocupación los complejos problemas que se derivan del cambio
climático a nivel mundial? Como por ejemplo: la exposición a olas de calor, las
inundaciones, el declive de las cosechas, el estrés hídrico, el aumento del
nivel del mar, en fin, ya hay signos nada halagadores para la especie humana y
para regiones como la nuestra, donde el desarrollo se verá truncado por los
aspectos antes señalados y otros que irán apareciendo,
si las reducciones de gases de efecto invernadero no se frenan. Las señales son inequívocas, el año 2015
pasará seguramente a la historia como el más caluroso jamás registrado y si
París acaba en fiasco y se mantiene la tendencia actual, llegaremos a los tres,
cuatro o cinco grados a finales de siglo, con un
cuadro apocalíptico que de antemano ya sabemos sus consecuencias.
Muchas
veces, al hablar de cambio climático, tendemos a pensar en un problema de
futuro, cuando es todo lo contrario, pues las consecuencias del mismo ya las
estamos sintiendo. Por eso, la cumbre de París
está llamada a marcar un punto de inflexión en la lucha contra el cambio
climático, todos los países presentes en esta conferencia tienen la obligación
de llegar a un acuerdo universal y equilibrado para no alcanzar la barrera de
los dos grados centígrados.
En
París se debe imponer la sensatez y el consenso de todos los países presentes y no la imposición de los mayores emisores que
solo diez de ellos emiten más del 70% de gases de efecto invernadero, frente a
los cien menores que solo emiten el 3%. Estas
cifras reflejan además la inoperancia del protocolo de Kioto, que se acordó
prolongarlo hasta el 2020 en la cumbre realizada en Doha en el año 2013, no
obstante, en esta COP 21, se debe tomar el acuerdo, que a partir de la fecha
antes indicada, sea reemplazado, a menos que hayan serios compromisos de los
grandes contaminadores por reducir los gases que envenenan el ambiente. Los
presentes en esta conferencia tienen una enorme responsabilidad, porque estarán
debatiendo sobre la sostenibilidad y sustentabilidad de la casa de los siete
millones de seres humanos que la habitamos y deben estar muy claros que no existe un planeta B.
Diciembre
2015.
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