domingo, 13 de noviembre de 2011

"CENTROAMERICA , TAN PEQUEÑA, TAN GRANDE."

“CENTROAMERICA, TAN PEQUEÑA, TAN GRANDE.”

Eduardo López Herrera
Nuestro gran poeta Rubén Darío, señaló en una ocasión “Si la patria es pequeña, uno grande la sueña”,  esta frase del “padre de las letras castellanas” también está vigente para nuestra región centroamericana, y decir: “ Si Centroamérica es pequeña, uno grande la sueña”.
Centroamérica es una región, que en términos históricos, ha compartido un destino común y en ese devenir histórico; caracterizado por flujos y reflujos, se ha ido forjando un sentido de identidad y unión centroamericana, cuyas bases las sentó Francisco Morazán, una vez declarada la independencia de España en 1821, para ir construyendo la patria grande que, a través del tiempo, se ha expresado en diferentes iniciativas de orden jurídico, económico, cultural y político que desembocan en estos inicios del siglo XXI en tratados de integración regional y extraregional, tan imprescindibles frente a las  nuevas realidades del mundo contemporáneo, determinadas por la globalización.

Frente a los retos que nos impone este nuevo siglo, los centroamericanos tenemos el enorme compromiso de hacer que nuestra pequeña geografía, se agigante en términos de identidad, de cultura, de economía, etc. no sólo para potenciar nuestro desarrollo endógeno que tanto lo necesitamos, sino que también para el impulso sostenido de nuestro desarrollo exógeno, que nos permita hacernos sentir en el concierto de naciones como un solo bloque ante los nuevos desafíos globalizantes como por ejemplo, el tratado de libre comercio firmado con Estados Unidos y conocido como CAFTA, el convenio de asociación que hoy se negocia con la Unión Europea y desde luego, los objetivos y metas del milenio de las Naciones Unidas, que apuntan a solventar el flagelo de la pobreza como uno de los males endémicos a resolver en esta nueva centuria que  nos convertiría en una patria verdaderamente grande como la soñaron nuestros próceres.

Yo no puedo de manera romántica considerar que nuestra pequeña geografía, sea grande como sociedad, como pueblos, si no resolvemos los problemas estructurales que padecemos, por ejemplo; más de la mitad de los cuarenta millones de habitantes de Centroamérica viven en la pobreza, nuestra región presenta la mayor desigualdad del planeta, además, somos países con vocación agrícola donde más de la mitad de la población del área vive en las zonas rurales y cerca del 80% de ellos dependen de la agricultura, rubro que presenta una ausencia de estrategias sostenibles por parte de los gobiernos; déficit de infraestructura, altas tasas de analfabetismo y poco acceso al financiamiento. Los cambios políticos  de fines de la década de los ochenta, cuyo basamento se encuentra en los acuerdos de Esquipulas, no trajeron democracia económica; la democracia política no se ha traducido en democracia del mercado y mucho menos en  justicia social.

Como centroamericanos debemos soñar  con la patria grande, pero señalando de manera critica las asimetrías que imperan en el proceso globalizador actual y que inciden negativamente en la forja de esa patria. Se ha venido construyendo una globalización desde arriba, elitista, concentradora y centralizadora de la riqueza, de las tecnologías, del poder militar y político, como nunca antes en la historia de la humanidad. Necesitamos un diálogo transparente entre el norte y el sur, que permita reducir la brecha entre pobreza y riqueza, que se establezcan parámetros para una relación más propositiva que nos permita a las naciones pobres, a los centroamericanos, construir nuestro destino a partir de un mundo más civilizado, con una globalización con cara más humana como indicaba el ex-Ministro Sueco de cooperación internacional Pierre Schori. Desde luego que la contrapartida a una relación de más igualdad, a proporcionalidad, pero no a uniformidad, deberá implicar nuevos paradigmas, donde el factor esencial deberá ser la fortaleza institucional de la región y además una genuina democratización, que se exprese en la construcción de una ciudadanía para todos, con justicia social,  en la búsqueda de solucionar los complejos problemas que enfrentamos; derivados de la pobreza estructural y que hoy no sólo es un problema de orden económico, sino que también es de carácter ético y moral.

Como académicos tenemos el deber den darle seguimiento a  los diferentes foros y debates de la integración de Centroamérica, como también las diferentes propuestas y alternativas de integración  de carácter institucional como por ejemplo el SICA (Sistema de integración Centroamericana) y el PARLACEN (Parlamento Centroamericano) y de organismos como el BCIE (Banco Centroamericano de Integración económica) en materia económica, no está de más indicar que los esfuerzos integracionistas, deben caminar menos burocráticamente, para que nuestros países no queden a la saga de los cambios que de manera vertiginosa experimenta el mundo. Necesitamos decisiones horizontales e incluyentes en nuestras expresiones institucionales de integración, por ejemplo, los propósitos y principios del SICA, son de invaluable importancia para nuestro desarrollo regional, que si los presidentes de cada uno de los países miembros tienen la voluntad política de hacerlos realidad, nuestra Centroamérica será realmente grande, porque tenemos ventajas comparativas (juventud, recursos naturales, posición geográfica privilegiada, historia común, diversidad de producción exportable,  etc.) que nos ubicaría en un contexto muy favorable en este cambio de época que vive la humanidad.

En las actuales circunstancias, en el mundo, se viven complejos problemas como el calentamiento global, la crisis energética, la crisis alimentaría, la epidemia del VIH/SIDA, el flagelo del narcotráfico etc. sólo una Centroamérica  unida, será capaz de enfrentar esta problemática, como también sólo unida podrá ser atractiva frente a la mundialización actual de la economía, no es lo mismo vender como Nicaragua un millón y medio de quintales de café en el mercado internacional, que vender más de diez millones como Centroamérica, no es lo mismo cualquier país del área ofertando sus destinos turísticos, que la región vendiéndose turísticamente, por lo tanto, una idea-fuerza de grandeza centroamericana sólo será posible con el concurso de todos los países, de sus autoridades, de sus pueblos, encaminados al bienestar general de las presentes y futuras generaciones. Lo antes indicado, tendrá un sentido de integralidad si se tiene en cuenta la relación de lo micro y lo macro, lo local y lo global, el crecimiento y la ecología, el género y la equidad y desde luego, el presente y el futuro.

Finalmente quier señalar que  nuestra nuestro sentido de patria grande, nos debe encaminar a la constitución de la nación centroamericana, como una sólida propuesta de libertad, progreso y desarrollo para nuestros conciudadanos que tanto lo merecemos y que lo sabremos defender no solo en memoria de los unionistas centroamericanos, sino que también como el reto de asaltar el cielo en este nuevo siglo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario