Virtuosidad real y su aporte al
aprendizaje de contexto, el caso de las TIC.
MSc. Eduardo López Docente FAREM Estelí.
Toda acción educativa en este mundo contemporáneo, no puede obviar a las
tecnología de la información y la comunicación, TIC, precisamente porque son
hijas de la sociedad del conocimiento y de la información en que vivimos y de
la cual la universidad no puede autoexcluirse, tomando en cuanta que el mundo
virtual es una realidad inobjetable y que la relación dialéctica de lo virtual
y lo real en el campo de los aprendizajes debe ser manejado con el equilibrio
pedagógico necesario, para que en la relación docencia y tecnología, tengamos
la mayor productividad posible en función de aprendizajes significativos que se
traduzcan en una formación pertinente y de calidad.
El mundo virtual en la universidad, debe considerarse en general como parte de la innovación
educativa como eje transversal del
curriculum y en particular en el proceso de aprendizaje en el aula, innovación
que implica el aprovechamiento didáctico de las TIC, para que creativamente se
utilicen, sin abusar de ellas, porque al final de cuentas, la relación
horizontal docente –estudiante es lo que determina la esencia de la educación,
pero también, el aprovechamiento de las tecnologías, vistas desde la
perspectiva de la inmensa cantidad de información que fluye por las redes, debe
ser utilizada productiva y académicamente en el sentido de contextualizarla y darle pertinencia, siempre
y cuando se traduzca en conocimiento objetivo para un aprendizaje permanente,
que sea factor de cambio, que transforme el medio y que trasforme al ser.
La virtuosidad para que responda al encargo social de la universidad, debe
ser real, porque el peor error en que se puede caer, es considerar que lo
puramente virtual, la cultura de copiar y enseñar y la cultura de copiar y
pegar, tanto para el ejercicio de la docencia, como para el discente sea lo
mejor, lo más práctico, esto más bien genera un subdesarrollo mental, una
colonización virtual que la aprovechan los centros hegemónicos de poder, para que el pensamiento genuino no
florezca y en este siglo XXI, la universidad, sobre todo en los países
subdesarrollados, debe hacer aportes sustanciales al desarrollo, porque el
crecimiento de un país, hoy lo determina
el conocimiento, la formación, la educación de una sociedad.
La virtuosidad real aprovechada metodológicamente, debe asegurar la
participación de los educandos en la acción educativa que se genera en el aula
y esto tiene un nombre, participación, o en palabras de Paulo Freire, pedagogía
de la pregunta, el maestro decía: “la pregunta es el eje
fundamental, el activador del pensamiento para discurrir sobre problemas
prácticos de la vida, de la comunidad y del conocimiento. Con la pregunta, nace
la curiosidad y con la curiosidad se estimula la creatividad”. La ventaja comparativa de ser nativos digitales, le permite a los actuales estudiantes
insertarse sin traumas en el mundo de las nuevas tecnologías, de lo que se
trata es de que se les faciliten los procesos para que el provecho en el uso de
las mismas sea sustancial, para que sea
de carácter cualitativo, para que se prolongue en el tiempo de manera
indefinida, que sean parte de la universidad de la vida, porque estas
tecnologías, el mundo virtual se quedo para siempre, pero cada día con
insospechados cambios, de ahí que, la innovación desde las aulas universitarias
debe ser permanente, porque de lo
contrario, la post universidad puede
ganar la partida, es decir, nuevas instituciones que interpreten los signos de los tiempos y
que respondan a los retos y demandas de las nuevas generaciones.
El mundo virtual en la educación superior, aunque representa una ventaja
comparativa importante, por la conectividad permanente de la comunidad
universitaria, es una mayúscula responsabilidad, porque docentes y estudiantes
deben utilizarlo creativa, pedagógica y didácticamente dentro y fuera del aula,
que permita gestionar conocimiento y combinarlo entre lo abstracto y lo
concreto para que se traduzca en resultados tangibles en beneficio de la
ciencia y la sociedad.
¿Cómo valorar el aporte de las TIC a la educación? Esto solo es posible a
través de procesos de evaluación y autoevaluación que refleje la asimilación de
los aprendizajes y su puesta en práctica a partir de diferentes estrategias a
saber: uso responsable y discriminatorio de la información que fluye por
internet, formación de comunidades de aprendizaje que se convocan por la red,
consultas a blogs, debates por Sky, video conferencias, uso responsable de
feybook, pruebas sistemáticas u otros tipos de exámenes, etc.
La rica experiencia evaluativa que se derive de la aplicación de las TIC a
la misma, deberá ser un insumo valioso para la universidad, en el sentido de
generar propuestas innovadoras que faciliten procesos de evaluación y
autoevaluación que vallan más allá de los exámenes tradicionales, es decir, la
relación de la virtuosidad real con entorno del conocimiento objetivo, con la
aplicación de los aprendizajes significativos, con su asimilación y su
aplicación al entorno.
Junio 2016.
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