FILOSOFÍA Y EPISTEMOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
EPISTEMOLOGÍA
DE LA EDUCACIÓN
Una
de las direcciones en que labora la Filosofía de la Educación es en la
epistemología educativa. La educación es un todo, a la vez, biológico, psíquico
y social esto como mínimo, pues pudiera igualmente suceder que intervinieran
también en ella elementos metafísicos. ¿Cómo la mente comercia con este todo?
¿De qué forma organizarnos luego nuestro pensamiento? ¿Hay modo de concebir lo
real educativo en este caso de manera no fantasmagórica o acaso mutilada? Mario
Bunge se inclina por el término epistemología que se define como: La rama de la
filosofía que estudia la investigación científica y su producto: el
conocimiento científico. Las otras tres denominaciones históricas no se
refieren al específico conocimiento científico, sino al saber en general.
Epistemología,
en cambio, proviene del verbo griego epistamae imponerse en algo porque se está
seguro y del sustantivo epistéme, conocimiento inquebrantable, científico
diremos desde el Renacimiento. Los estudios epistemológicos se han realizado a
partir de la Filosofía, de la Sociología e incluso de la Política. Llama, por
consiguiente, la atención que Bunge califique, a la Epistemología, como una
rama de la filosofía, al definir a aquella.
La
epistemología de la educación explicitará que es y qué valor posee cada una de
las ciencias de la educación, averiguando así mismo que son ellas, como
conjuntos y si poseen, en cuanto tales, estatuto autónomo. Indagará además el
grado de coherencia existente entre métodos científicos y métodos pedagógicos.
La
epistemología, padece un cambio constante que causa vértigo. A pesar de tanta
mudanza, puédase sostener que algo hay que anima la epistemología desde
siempre; y es el recurso a la idea de verdad como idea reguladora. Aunque no
podamos obtener de la ciencia cierta alguna, esto no quita la pretensión a la
verdad de cada concepción epistemológica. A fin de enfocar la cuestión de la
epistemología educativa, se hace indispensable plantear el tema de “Ciencia
naturales” y “Ciencias humanas’. Al fin y a la postre las Ciencias de la
Educación son Ciencias humanas y no ciencias de la naturaleza. Joseph D. Novak,
a partir de la teoría del aprendizaje de Ausubel y del modelo de evolución de
los conceptos de J. Toulmin, propone una explicación del aprendizaje de
conceptos, explicación que abandona la corriente del aprendizaje por
descubrimiento, defendiendo el aprendizaje por recepción.
También
a este tipo de trabajos se les califica, a veces de epistemológicos; pero en
tal caso, este calificativo se encuentra en la línea de la epistemología
genética de Piaget, y trabaja en modelos de adquisición de conocimientos, cosa
distinta de la abordada aquí en la fórmula Epistemología de la Educación.
La
Filosofía y Su Tarea Educativa Dado que la filosofía es el estudio del
espíritu, el cual se realiza en la historia, y dado también que la pedagogía es
la ciencia de la formación del espíritu, filosofía y pedagogía coinciden. Según
Dilthey(1989), una filosofía es una concepción histórica del universo. Un
filósofo se limita a interpretar el espíritu de su época; el pedagogo lo
realiza, lo pone en práctica. La finalidad de cada filosofía es elaborar la
teoría de la formación del hombre, es dar paso a una pedagogía.
La
pedagogía es un saber autónomo que se vale de la filosofía como otros saberes.
Aquello que se inscriben en el cientifismo, o valor exclusivo de las ciencias
empíricas, necesariamente tiene que prescindir aportes filosóficos. Tareas de
la filosofía de la educación: Analizar
el lenguaje educativo. Indicar el sentido general del proceso educador. Mostrará
la estructura educativa del hombre. Explicar, a través de la teleología, las
diversas pedagogías.
Fines
de la educación Las diferentes divisiones del proceso educativo que ha sido
necesario hacer (según el tipo de agente operador: uno mismo y otro; según el
tipo de hábito perseguido; según el carácter del sujeto a ser educado; según él.
al tipo de agente distinto de uno mismo que actúa casualmente: las diversas
clases de entidades institucionales y no institucionales) capacitan al filósofo
de la educación para formular cuestiones básicas sobre la diversidad de los
medios en general y su relación entre sí. En cuanto a su esfuerzo se dirige a
determinar los fines últimos de la educación, que son los principios últimos de
la filosofía de la educación, el filósofo no necesita prestar atención a estas
divisiones generales del proceso educativo.
Los
fines últimos de la educación son los mismos para todos los hombres en todas
partes y en todos los tiempos. Son principios absolutos y universales. Esto
puede demostrarse. Si no pudiera serlo, no habría en absoluto filosofía de la
educación, pues la filosofía no existe sino en conocimiento absoluto y
universal: absoluto en el sentido de que no es relativo a las circunstancias
contingentes de tiempo y lugar; universal en el sentido de que se refiere a
cosas esencia y abstractas de toda clase de variaciones meramente accidentales.
Del
mismo modo, debe decirse que los medios educativos en general son los mismos
para todos los hombres en todos los tiempos y en todas partes. Si los fines
últimos de la educación son sus primeros principios, los medios en general son
sus principios secundarios y el alcance de la filosofía de la educación no va
más allá que esto: conocer estos principios primarios y secundarios de un modo
absoluto y universal. Aspirar a conocer menos que esto, o considerar esto como
incognoscible, es negar que existe una filosofía de la educación; aspirar a
conocer más que esto, sin comprender que al hacerlo se deja de actuar como
filósofo, es confundir la filosofía de la educación con otras materias y
métodos, o confundirse uno mismo tratando de resolver, filosóficamente.
Hay
diferentes tipos de problemas sobre los medios en general:
1)
La enumeración de lo que son y la definición de cada uno.
2)
Sus relaciones funcionales.
3)
Su orden respecto de uno a otro en los diversos modos de cooperación y
subordinación. En cuanto a las dos últimas clases de problemas las varias
divisiones del proceso educativo son importantes en dos modos. De una parte, la
división de la educación en moral e intelectual (y la intelectual en
especulativa y artística, y la artística en liberal y profesional) define las
diversas partes (del proceso total por referencia a uno u otro tipo de buen
hábito (o virtud) como el fin exclusivo de esa parte; y esto nos autoriza para
alcanzar ese tipo de fin. Por otra parte, la división de la educación según el
tipo de agente que actúa casualmente (si uno mismo u otro, y si otro, si esa
educación es institucional o no, y si es institucional, de qué genero de
institución), nos da una clasificación de los medios en forma de
consideraciones tipológicas, y esto nos capacita para determinar cómo deben
relacionarse los medios entre sí en cualquier parte de la educación o en el
proceso como totalidad, pues o se excluyen unos a otros o pueden cooperar en
varios modos de coordinación y subordinación.
Así,
por ejemplo, sabemos que, en la educación intelectual, los medios en general
son el ejercicio de las propias capacidades y en actividad cooperativa de los
demás ayudándonos en el ejercicio de las propias capacidades. Esto revela,
inmediatamente, la verdad más fundamental respecto a los medios en general: que
no hay nunca ningún aprender sin el ejercicio de las capacidades propias, pues
el segundo de los dos medios antes indicados es siempre cooperativo y no
completamente productivo.
El
segundo tipo de medio fundamental esta, pues, siempre subordinado al primero,
mientras que este puede ser independiente de aquel.
El
segundo puede, además, subdividirse según que la actividad del otro agente sea
mediata (por la palabra registrada) o directa (como la confrontación personal);
sea mediata o directa, la actividad cooperadora puede adoptar la forma de la
enseñanza en el sentido estricto o la forma del estímulo (que incluye toda otra
especie de orientación.) En la educación moral la actividad cooperadora que es
a la vez directa y estimulante es mejor que la mediata y doctrinal, mientras
que la educación intelectual la enseñanza es mejor que el estímulo y puede ser
igualmente efectivo como actividad mediata o directa.
Además,
la educación es mucho más indispensable que la educación moral que la educación
intelectual. Cuando se considera la diferencia entre la educación artística y
la especulativa en la esfera intelectual, el análisis demuestra es parte igual
a su ordenación en la educación moral las distinciones más radicales, respecto
a la ordenación de los medios se halla, pues entre los extremos de la educación
moral y la especulativa (intelectual), mientras que la educación artística
(intelectual) ocupa un término medio y se parece en parte a cada uno de los
extremos.
LA
FILOSOFÍA EDUCATIVA
La Filosofía Educativa, también llamada Filosofía
Pedagógica y Filosofía de la Educación se puede describir como un campo de
investigación y de enseñanza académica que limita el alcance de este ámbito a
las actividades de un pequeño grupo de profesionales que trabaja esta área
específica. Estos llamados "filósofos educativos" se encuentran en
los países de habla inglesa y, en menor grado, también en algunos países de la
Europa continental, y normalmente están relacionados con las escuelas universitarias
de educación o pedagogía.
Dado
que la educación es el proceso de formación del hombre en la vida social y para
la vida social, o la asimilación de las experiencias que preparan para la vida
humana, se entenderá que la Filosofía de la Educación estudia las leyes, las
situaciones y los fenómenos del mundo, del hombre, de la sociedad y de la
cultura en relación con el proceso de la formación humana a partir de las
posiciones filosóficas.
A
la filosofía educativa corresponden numerosas posiciones y actitudes de orden
ideológico y político que son bastante frecuentes no sólo entre las personas
dedicadas a las labores educativas formales, como son los maestros,
administradores y supervisores escolares, sino también, entre otros, como los
gobernantes, políticos, empresarios, sindicalistas, obreros, padres de familia
y dirigentes juveniles.
En
fin, la filosofía de la educación trasciende el plano de la formalidad
institucional, abarcando las posiciones ideológicas y políticas reveladoras de
lo que hacen, sienten y piensan todos los hombres en relación con la educación,
por cuanto el hecho educativo extra-escolar, como sucede con el escolar, está
condicionado por el hecho histórico general. Si bien pocos seres humanos son
filósofos de la educación, en cambio nadie deja de incursionar, en uno u otro
nivel y forma, en las esferas del discurso filosófico-pedagógico. Como quehacer
científico, la filosofía educativa presenta diversos grados, dependiendo esto
de la mayor o menor importancia con que en ella se manejan los factores
especulativos, de teoría científica, de practicismo o de utilitarismo.
La
filosofía educativa tiene sus manifestaciones en las formas y en los niveles
con que los educadores, tratadistas y demás personas interesadas en la
educación, enfocan y aplican las diversas disciplinas, siendo notorios los
casos de la antropología, la psicología, la historia y la sociología, por los
altos niveles de afinidad y la interacción que presentan con importantes
aspectos de la realidad educativa.
Las
contradicciones ideológicas que han caracterizado a las diversas sociedades,
ocasionan gran diversidad de enfoques y de interpretaciones en el campo
científico, lo que a su vez provoca que la filosofía, ligada ampliamente a
todas las ciencias y en general a las actividades humanas, sea la disciplina
que encierre un mayor nivel de heterogeneidad en su contenido.
La
filosofía de la educación no escapa a esta situación, por lo que sus textos
varían mucho en sus enfoques y contenidos aún dentro de grupos que han parecido
tener una ideología común Filosofía: estudia las leyes más generales referente
a la realidad objetiva; es decir, la naturaleza, a la sociedad y al
conocimiento. Etimológicamente el término “filosofía”, connota amor a la
sabiduría. En su interpretación, derivada de Sócrates, Platón y Aristóteles,
significa buscar la sabiduría, asombro, pudiendo interpretarse de maneras
diferentes este término:
· Puede considerarse a la filosofía como aquel estudio que
guía al individuo a la adquisición de una visión concreta de la vida, sus
valores, su significado, sus fines próximos y últimos sobre la conducta humana
en general.
· La filosofía ofrece una visión de la vida por la que el
hombre persigue la interrelación de los fenómenos, es decir; que el universo es
un sistema coherente, ordenado y no caótico, algunas veces la filosofía se
refiere a un conjunto de principios conductores, reguladores de la conducta
humana y los valores especializados y los diversos campos del conocimiento.
En
este sentido puede hablarse de la filosofía desde el punto de vista literario,
una filosofía de gobierno, una filosofía de la historia o una filosofía de la
educación. El especialista en cada uno de estos varios campos, interpreta y
explica su especialidad en términos de las verdades que enseña la filosofía.
Filosofía
de la Educación: es la disciplina que estudia el comportamiento de la educación
a la luz de las leyes que regulan el desarrollo de la sociedad humana, desde
que el hombre apareció en la tierra, hasta el momento actual y de las que
gobierna cada formación económica-intermedio social en particular; disciplina que,
además, estudia las diferentes concepciones del mundo y la formas como ellas
conciben el hecho educativo, en sus elementos y movimientos fundamentales.
La
filosofía de la educación trata de comprender o interpretar la educación en
relación con la realidad sin perder el punto de vista de esta realidad,
reflexiona sobre su naturaleza, esencia y valores de la educación. 5 La
filosofía de la educación tiene por objetivos:
· Determinar la esencia y significado de la educación
· Determinar los fines de la educación en función de la vida
Con respecto a los planteamientos sobre la esencia humana, podemos señalar dos
posiciones, según dos autores. Según RIZIERY FRONDIZI,(2000), existe sólo dos
teorías sobre la esencia humana: La esencialista y la existencialista. Según
SUCHODOLSKI, existen dos concepciones: La Concepción Idealista, metafísica que
se manifiesta mediante el esencialismo y el existencialismo y La concepción
Marxista de la esencia humana.
La
Filosofía de la Educación pretende una comprensión fundamental, sistemática y
crítica del hecho educativo. Este carácter específicamente filosófico de la
asignatura, distinto del que ofrece una Teoría General de la Educación, debe
despertar en el estudiante un claro asombro investigador, una perplejidad
activa y una reflexión en profundidad que permitan conocer el hecho educativo
desde sus presupuestos antropológicos y filosóficos. Tarea no fácil, pero tarea
posiblemente gratificante y necesaria.
La
Filosofía de la Educación puede considerarse como el saber teleológico de la
educación. La consideración de la finalidad conforma nuestra disciplina, de
manera que no sólo consta del estudio del fin de la educación, sino también del
estudio del sujeto y de la propia acción educativa, pero contempladas desde la
perspectiva de la finalidad. ¿Para qué se educa? Tal es la cuestión última en
la Filosofía de la Educación. La filosofía de la educación trata de comprender
o interpretar la educación en relación con la realidad sin perder el punto de
vista de esta realidad, reflexiona sobre su naturaleza, esencia y valores de la
educación.
El
hombre es el único ser educable. Este ser es simultáneamente biológico,
psíquico y social. Pero no lo es en forma pasiva sino activa. Está frente al
mundo provisto de una actividad espiritual, de una concepción de la vida. A
través de esta idea básica encuentra la explicación de muchos "por
qué", aparte de la posibilidad de enfocar a la realidad como a un todo. En
primera instancia la filosofía es, pues, una concepción del mundo y de la vida
que repercute sobre la conducta. Esto sucede no sólo con la filosofía de los
"filósofos profesionales", sino también con la "filosofía"
del hombre común.
Toda
teoría filosófica conduce a una actitud e intenta explicar unitariamente la
realidad. Por eso dice que la filosofía es una reflexión totalizadora en cuyo
campo entran tanto lo natural como lo humano. De lo dicho se deriva la
importancia de la filosofía para la educación. Si ésta pretende formar al
hombre en su integridad, ¿quién más que la filosofía puede darle una idea de
esa integridad? El educador no puede emprender su misión, si antes no se ha
trazado por lo menos un esbozo del punto a que se debe llegar, es decir una
"imagen" del hombre a formar. Por eso, esencialmente, la filosofía
que fundamente la acción educativa debe ser una "filosofía de lo
humano".
Bibliografía
Bachelard, G. (2000). La formación del espíritu científico. México: Siglo XXI.
Key, R.
(2009). El conocimientoacadémico, científico y crítico en el pensamiento
educativo de Paulo Freire. SAPIENS, 10(1), 261–277.