La Universidad constructora de paradigmas.
Innovo
luego emprendo
MSc. Eduardo López H Docente FAREM
Estelí y miembro del Consejo de Facultad.
Introducción:
La
universidad como institución rectora de la educación superior, pero sobre todo
formadora de profesionales, tiene una mayúscula responsabilidad, porque al
final de cuentas, su incidencia en el desarrollo nacional es muy visible, por
lo tanto se tiene que estar reinventando, repensándose, dada su naturaleza
cultural, académica, científica, que la convierte en una constructora de paradigmas, sobre todo en estos tiempos de
incertidumbres racionales, de retos que impone la sociedad del conocimiento y
de la información, igual que los retos que imponen las necesidades más sentidas
de la población y que la universidad, responsable y creativamente, tiene que
resolver porque es la universidad del pueblo.
No
me queda la menor duda que la universidad a través de su historia, ha venido
construyendo paradigmas, porque en cada etapa de su historia como máxima casa
de estudios, ha definido su modelo, su visión, su misión, porque el conocimiento
y su aplicación, han permitido formarnos una visión del mundo, una concepción
científica del mundo, lo que representa una sólida base para la construcción de
paradigmas en la ciencia y en la cultura en su sentido más amplio.
Paradigma es ser ejemplo, modelo y nosotros
tenemos que ser ejemplo, modelo de universidad, que se exprese en la visión, en la misión, en nuestro modelo
educativo, pero no en abstracto, sino más bien en la praxis educativa que
proyecta el cambio del ser y de la realidad, en síntesis; el deber ser de la
comunidad universitaria.
¿Cómo
innovar la educación desde la universidad, su concepción, su modelo
organizativo, su metodología, los aprendizajes, la participación de los
diferentes sectores de la comunidad universitaria, su ubicación en el contexto
social, político, económico, cultural, técnico y científico de nuestro país? Para que innovar desde la educación sea un
eje transversal para una innovación y un emprendedurismo permanente, que
equivale a un aprendizaje permanente.
Para
Construir paradigmas, no solamente tenemos que vincular a la universidad con la
realidad cotidiana, es necesario repensar la universidad, considerar la teoría universitaria en el
contexto actual, las concepciones teóricas sobre el pensamiento universitario,
que nos permita proponer un modelo de universidad que responda a los grandes
retos que tenemos frente a las demandas de la sociedad, de un ser forjado con
ciencia y conciencia e imbuido del conocimiento contemporáneo y de esa manera establecer
el círculo virtuoso de la construcción de paradigmas.
Tenemos
la capacidad para construir nuestra teoría universitaria en este nuevo
contexto, de imprimirle reformas sustanciales a la educación, como ya se ha
venido haciendo desde nuestra praxis educativa, desde nuestra experiencia,
desde nuestra realidad y de esa manera forjar sobre bases sólidas la universidad
pública del siglo XXI y enfrentar permanentemente los retos que imponen los
cambios acelerados de este sistema mundo que hoy opera con preocupantes
asimetrías, por lo tanto, el reto no es fácil, pero la universidad púbica tiene
que posicionarse en este nuevo siglo, así lo indican académicos de prestigio
internacional, veamos: Cristovam Buarque, ex Rector de la universidad de
Pernambuco, Brasil; en su ensayo “ La post universidad” nos dice:
“ El desafió para las
universidades para las próximas décadas es mucho más que cambiar, es
evolucionar. Mucho más que reformar, es inventar. Más que ajustarse a los
tiempos actuales, ella necesita inventar una institución nueva, tan diferentes
de la actual cuando ella fue de los conventos, en los tiempos de su origen”.
Y agrega “debe ser necesariamente y
en muchos aspectos una “Universidad sin
fronteras” (1). Al respecto, Edgar Morín señala: “La universidad de hoy deberá centrarse en la formación de un
“ciudadano planetario”, concentrado en
pensar e interactuar con los nuevos problemas y epistemologías que plantea la
sociedad actual, la universidad deberá formar para la vida, el sentido, la
pasión y la transformación del mundo. Eso implica formar en tres dimensiones
analíticas y transversales: a) los nuevos problemas universales/locales; b) las
nuevas epistemologías que produce y entrega la sociedad contemporánea; y c) los
“saberes civilizatorios” que constituyen las sociedades modernas, planetarias,
integradas y complejas”. (2). Y Ezequiel
Ander Egg, en su libro: “Los desafíos de la educación en el siglo XXI” indica: “Ante la rapidez y profundidad con que
se producen los cambios de la sociedad, en la ciencia y la tecnología y en los
títulos, los educadores más conscientes y responsables se interrogan acerca de
la forma o formas en que la educación debe responder a los desafíos de la nueva
sociedad. Unos se preguntan qué puede hacer cada educador frente a los nuevos
desafíos. Otros se interrogan acerca de cómo puede el sistema educativo
enfrentarse con un mínimo de garantías de éxito a estas situaciones, muchas de
ellas inéditas”.(3)
-En
el foro de rectores, celebrado en el marco de la Cumbre de las Américas en
abril de este año en Panamá, los temas centrales giraron alrededor de: 1- Movilidad académica, 2-tecnología e
innovación: “ El aprovechamiento de
la tecnología y la innovación para la mejora de la Educación universitaria y la
investigación en la región” y 3-desarrollo económico sostenible: Investigación
Universitaria para el Emprendimiento y Desarrollo Económico Sostenible. (4). Cuatrocientos rectores, “tantos vigores dispersos” como
decía nuestro gran Rubén Darío, pero sobresalieron en sus planteamientos la innovación
y el emprendimiento, como dos ejes claves en la forja de la presentes y
nuevas generaciones.
Elmer
Cisneros preocupado siempre por la calidad de la educación y los retos que
impone este nuevo siglo, nos decía: “Procuremos
que cada día lo que hagamos sea de la máxima calidad, pero la calidad no solo
pasa por el alto dominio científico que es importante, pasa también por la
calidad humana de quienes estamos en esta
Alma Mater” y sobre la calidad del docente, apuntaba: “El docente de nuestra universidad, debe
tener respeto por el medio ambiente, compromiso social, identidad con la misión
de la universidad, dominio científico, dominio pedagógico y otros componentes
fundamentales”. (5)
Como
dije anteriormente, tenemos los recursos humanos calificados y sobre todo la
voluntad académica, científica, política, cultural, etc. para plantear nuevas
aproximaciones epistemológicas sobre el devenir de la universidad, en un
momento en que nuestro papel es clave en la búsqueda de alternativas al
desarrollo integral para nuestro país, que pasa necesariamente por la forja del
ser humano en un sentido integral, esto implica que la universidad debe
pensarse a si misma, construirse permanentemente, pero en un proceso dialéctico en espiral, que
apunte a su desarrollo cualitativo, pero mirando al entorno, construyendo
paradigmas versus dogmas, forjando la universidad de todos, garantizando la
calidad del pensamiento que nos permita potenciar el perfil de la universidad, el modelo de
universidad que queremos.
¿No
es nuestro interés forjar la educación
del presente y del futuro sobre bases
metodológicas y científicas que se correspondan con la sociedad del aprendizaje
permanente que hoy vivimos?
¿No
es una enorme responsabilidad forjar un ser humano integral, como nos lo
plantea el modelo educativo de nuestra universidad, el que tenemos que
interpretar y llevarlo a la praxis con una visón holística, científica y en
correspondencia con una realidad que necesitamos transformar? por eso el modelo educativo debe ser un
paradigma, el
modelo educativo no es una prueba de laboratorio, es todo un proceso de
construcción de una propuesta educativa que cuenta con el consenso de la
comunidad universitaria, es toda una marca indeleble donde se funden lo
ontológico, gnoseológico, epistemológico, lo cultural, los valores, lo
pedagógico, lo didáctico, en procura de la formación integral del ser humano.
Este tipo de modelo, marca los derroteros de la universidad, en cuanto a
fundamentar una sólida propuesta de formación que identifica el quehacer de la
universidad como símbolo imperecedero de cultura científica y referente
educativo nacional.
Con la responsabilidad que
tenemos, no es una tarea fácil la construcción de paradigmas, es necesario
reflexionar y actuar sobre bases sólidas en nuestra vida académica y científica en la universidad, sólo de esa manera podemos ser ejemplo,
modelo; por lo tanto, para ser innovadores, emprendedores, para innovar desde
la educación, es necesario:
Entender y viabilizar el curriculum, comprender su pertinencia,
su flexibilidad dada la interdisciplinariedad de la realidad
y la obsolescencia del conocimiento.
¿Cómo los que hacemos
ciencia, los que estamos formando profesionales tenemos que interpretar ese vinculo orgánico de las diferentes fuentes
del curriculum? Lo sociocultural, lo pedagógico, lo psicológico, lo
epistemológico, por eso la transformación curricular se vuelve
un proceso permanente, dialéctico, porque el curriculum
está en el medio, se alimenta de la realidad, está en la realidad económica, social,
política, cultural, en la familia, en la realidad internacional a la cual la
universidad está conectada, sobre todo hoy más que nunca, que posibilite
enfrentar la globalización asimétrica que uniforma, de la cual nos tenemos que
desconectar como dice Samir Amín en la teoría de la desconexión.
¿Como
abordar las asignaturas en sabatino, para estudiantes que nos llegan de
comunidades rurales y que muchos de ellos trabajan en escuelas primarias? No se
trata de bajar la calidad y la cientificidad de los aprendizajes, ellos serán
con el tiempo maestros de secundaria y trabajarán en la secundaria en el campo, por lo tanto; la
contextualización, la creatividad, el texto paralelo, los estudios de caso,
etc. deben ser parte de la flexibilidad del curriculum,
El otro día reunido con
cuatro estudiantes que van a
continuar su carrera de grado a
universidades españolas, les decía que, ese vínculo se tiene que traducir en
nuevos y ricos aprendizajes que se
inscriben en el marco de flexibilidad
curricular. Hay que considerar la flexibilidad curricular como parte de la
internacionalización de la universidad, para que nuestros educandos tengan una
visón cultural del mundo más integral, igual sucedería con los estudiantes de
pregrado o postgrado que nos lleguen del exterior.
Flexibilizar el curriculum
significa pensar, reflexionar sobre la cadena de valor, que lleva hasta la
titulación, replantearnos esa cadena de valor, sólo será posible con una visión
creativa, estratégica, novedosa,
científica, que apunte a la formación de
un profesional que demande nuestro país y desde luego el conocimiento
contemporáneo, que nuestros estudiantes se adapten al curriculum, no el
curriculum se debe adaptar a los estudiantes, el replantearnos esa cadena de
valor es innovación.
Una universidad innovadora y
emprendedora inserta en la sociedad del
conocimiento, requerirá de una actualización permanente del curriculum. El contexto está dando señales visibles de que
los cambios paradigmáticos son necesarios; los tiempos están exigiendo un
profesional que construya su propio proyecto de vida, la flexibilidad del
curriculum significa también la aplicación creativa de los ejes claves del
quehacer en la universidad, es decir, la docencia, la investigación y la
extensión.
Los
aprendizajes su importancia en función
de la calidad educativa.
-Los aprendizajes pasan por
gestionar el aula; el aula debe ser un granero de ideas, en el aula se debe
gestionar conocimiento y como dice Paulo Freire:“ Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre
estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a
preguntas que los estudiantes no han hecho”(6)
El equilibrio pedagógico, el
acuerdo pedagógico, debe imperar en el aula, sólo de esa manera habrá
empoderamiento de los aprendizajes, pero aprendizajes que trasciendan la
motivación momentánea, que no sean el borrón y cuenta nueva; que sean
aprendizajes significativos sin solución
de continuidad, que las asignaturas no sean un círculo cerrado; todo lo
contrario, que la construcción social del conocimiento y los aprendizajes
significativos y colaborativos estén revestidos de una praxis
interdisciplinaria que sólo será posible a través de la cooperación entre
varias disciplinas, los aprendizajes como espacio civilizatorio de
convivencia académica, científica y
humana en estrecha relación con la mediación pedagógica, deben ser base para
los procesos de innovación y emprendedurismo.
Desechemos toda forma de
conductismo, que muchas veces practicamos de manera inconsciente y por qué no
decirlo, también consciente; que el docente sea un facilitador de aprendizajes
y que sea un promotor de la pedagogía de la comunicación y la participación, la
relación dialéctica, el conjugar sabia y creadoramente los objetivos y
contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales son esenciales en el
proceso de formación del ser, por lo tanto, no puede ser mecánica su
aplicación, es estar en contra de la innovación, desde ahí estamos volviendo
rígida y bancaria la acción educativa.
Los aprendizajes en la
sociedad del conocimiento, deben tener en cuenta la teoría del conocimiento, ese
rico y dialéctico proceso de lo concreto a lo abstracto y de nuevo a lo
concreto, es devolverlo con respuestas
pertinentes y concretas; por eso es importante que en el proceso de aprendizaje
fortalezcamos nuestra praxis educativa empoderándonos de la teoría del
conocimiento, que la sociedad del conocimiento no sea sólo un banco de información
que no procesemos, que la teoría del conocimiento, su concepción y praxis
científica, desentrañe a la sociedad del conocimiento, porque necesitamos ser
constructores de la sociedad del conocimiento y no simples receptores.
Las asimetrías del mundo
globalizado las podemos combatir con conocimiento propio y eso sólo lo da la
investigación, la innovación. La era industrial ensanchó el mundo para
beneficio de las grandes potencias, pero en esta era del conocimiento podemos
ir reduciendo esa brecha, de ahí el gran reto de las universidades.
¿Es posible desde la perspectiva del aprendizaje la
educabilidad en la universidad? Fortalecer vocaciones? Reorientar vocaciones?
¿Cuántos de nuestros estudiantes son hijos de innovadores y emprendedores
empíricos exitosos? Es fundamental la atención a los primeros años, para que la
conciencia innovadora y emprendedora se vaya forjando.
No podemos obviar que el
trabajo colaborativo para los aprendizajes, es vital; es un trabajo de suma de voluntades, donde la
interdependencia en el análisis, la reflexión y los resultados tangibles de las
temáticas de trabajo, deben responder a un esfuerzo concienzudo que proyecte
saltos de calidad, que implique construir socialmente el conocimiento, que con
el aprender a aprender, aprender haciendo y aprender a resolver problemas; conduzca
a innovar desde la educación, Juan Bautista Arríen nos decía: ¿Cómo innovar la educación, su
concepción, su organización, sus métodos, los aprendizajes, la participación de
sus actores, su ubicación en la textura económica, social, política y cultural
del país? ¿Cómo proporcionar al educador las condiciones propias de un
pedagogo? La inmensidad de la educación que me atrapa para hacerme suyo y la
inmensidad de la educación que me supera para no poder llegar plenamente a
ella, me impulsan a reclamar y reclamarme “nuevos modos de pensar y hacer
educación”. (7)
Finalmente, en el tema de los aprendizajes, es fundamental referirse a
la evaluación de los mismos, porque si hablamos de innovar desde la educación,
es obvio que la evaluación es parte del proceso, por lo tanto, hay que evaluar los aprendizajes
desde una perspectiva constructivista y de proceso, donde aflore el pensamiento abstracto, la
curiosidad científica, la pertinencia del conocimiento, su relación con la
realidad, porque evaluar es validar la visión innovadora, el pensamiento
complejo como dice Edgar Morín, evaluar debe arrojar luces para el emprendimiento.
La
importancia estratégica del modelo I-D-I, su relación con la JUDC.
Tenemos que empoderarnos del
modelo I-D-I. La investigación debe ser el quehacer pedagógico de la
universidad; en la universidad tenemos que enseñar ciencia, pero ciencia
actualizada, que los estudiantes aprendan a hacer preguntas interesantes y
después cómo buscar las respuestas a esas preguntas, esa es una praxis
innovadora. El Dr. Jaime Chahin, especialista en Administración Universitaria de Texas State University señala: “Nuestros estudiantes están preparándose
para puestos que todavía no existen, las tecnologías que usarán todavía no se han inventado, tendrán
que resolver problemas que todavía no conocemos”. (8). Estamos obligados
como académicos a enseñarles a nuestros estudiantes el método científico, el
que hemos utilizado por años: plantear hipótesis, probarlas, hacer
experimentos, etc. eso es innovación: la que debe producir resultados
tangibles, cambios estructurales en los aprendizajes, en la cultura científica de los docentes y de
los estudiantes, el Dr. Manuel Pedroza, Director de la
Dirección de Grado de la UNAN Managua señala lo siguiente sobre el modelo I-D-I : “El
modelo I-D-I de la UNAN Managua basado en la misión de la UNAN y fundamentado
en la integración institucional de los actores y procesos del quehacer
universitario promueve un modelo integrador de paradigmas universales”. (9)
No
hay duda de la importancia estratégica del I-D-I para innovar, emprender y también
patentar lo que hagamos, porque como se decía en una reciente reunión entre
universidades, el CONICYT y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual
(OMPI), “se deben patentar las mejores
innovaciones y de esa manera impulsar una cultura de protección intelectual”.
Es un serio reto el que tenemos sobre todo para revertir la tendencia de
registro de patentes que son más foráneas que nuestras. Innovemos y
patenticemos lo nuestro, pongamos en práctica el modelo I-D-I con la
responsabilidad y la integralidad que representa.
En cuanto a la
Jornada Universitaria de Desarrollo Científico, (JUDC), la experiencia
acumulada de la JUDC es una sólida escuela que se fortalece con el I-D-I, el
Dr. Pedroza nos dice: "Desde la perspectiva del modelo I-D-I una expresión de la
integración institucional promovida por la Dirección de Investigación, ha sido
la organización de la XXX, XXXI, XXXII y XXXIII
JUDC” (10). La JUDC, Es una
rica experiencia que debe fomentar el espíritu innovador y emprendedor de la
comunidad universitaria, es una mezcla de ciencia y de conciencia alrededor de
la investigación.
La
popularización de la ciencia:
Dediquemos un tiempo para explicar cómo funciona la
ciencia, cuál es su fundamento, su utilidad para la sociedad, priorizar la
investigación socialmente útil y culturalmente relevante. La JUDC es uno de los
mejores vehículos para popularizar la ciencia, ella es la respuesta innovadora
y emprendedora para que la ciencia se popularice, que es igual a que se
humanice, porque ahí donde haya un problema científico, social, humano, etc.
ahí debe estar la universidad.
Humanicemos
la ciencia, es la única forma de llegar a los sectores más humildes, por eso
adquiere vigencia las palabras de Salvador Allende, cuando en diciembre del año
72, en la universidad de Guadalajara les decía a los estudiantes: “porque la juventud debe entender que debe
ser estudiante y trabajadora; porque el joven debe ir a la empresa, a la
industria o a la tierra. Porque ustedes deben hacer trabajos voluntarios;
porque es bueno que sepa el estudiante de medicina cuánto pesa un fardo que se
echa a la espalda el campesino que tiene que llevarlo a veces, a largas
distancias; porque es bueno que el que va a ser ingeniero se meta en el calor
de la máquina, donde el obrero a veces, en una atmósfera inhóspita, pasa largos
y largos años de su oscura existencia; porque la juventud debe estudiar y debe
trabajar -porque el trabajo voluntario vincula, amarra, acerca, hace que se compenetre
el que va a ser profesional con aquel que tuvo por herencia las manos callosas
de los que, por generaciones, trabajaron la tierra” (11)
La universidad y el uso de las TIC.
En
la actual sociedad del conocimiento, el papel de las TIC es importante, pero no
es el determinante para el proceso de
aprendizaje donde la relación maestro alumno es la clave del quehacer educativo.
Pienso
luego existo, aquella celebre frase de Renato Descartes inaugurando la ciencia
moderna, es incomparable con lo que muchos dicen hoy “chateo luego existo” y la
cultura de copiar y pegar pica y se extiende sentando un grave precedente,
porque dejamos de pensar, dejamos de reflexionar. ¿Estamos frente a una colonización virtual en este siglo XXI? ¿Está en crisis el aula, con la abrumadora
cantidad de información que fluye y que los estudiantes la tienen en sus
diferentes dispositivos? ¿Incluso, también los maestros? Depende como
gestionemos el aula, cómo conduzcamos los procesos de aprendizajes. Las nuevas
tecnologías no nos tienen que quitar el derecho a pensar.
En
el congreso de Educación Superior pública “Elmer Cisneros In Memoriam”, el
Pdte. Del CNU Telémaco Talavera indicó: hace
falta la actualización pedagógica-didáctica de cara a las nuevas tecnologías de
información y comunicación” (12), y esta aseveración del Ing. Talavera es
acertadísima, precisamente porque no podemos aceptar de manera mecánica el uso
de las TIC. El prestigioso académico
chileno Joaquín Brunner, refiriéndose a las TIC expresa: “A nivel de la enseñanza superior, la profesión académica, no ha incorporado aún las tecnologías
digitales como una extensión 'natural' de sus prácticas e inteligencia. Todavía
son vistas como un medio, un soporte; no como el ambiente 'natural' dentro del
cual se desenvuelve nuestra actividad como docentes e investigadores” (13). La
virtuosidad debe ser real, nos dice Manuel Castell y Paulo Freire agrega lo siguiente
a propósito de ciencia y tecnología:“ La
ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio
de la liberación permanente de la HUMANIZACIÓN del hombre”. (14)
Aprovechemos
las tecnologías de información y comunicación, no desde la perspectiva del
consumo, sino más bien de la producción, de la productividad, para imprimirle
mayor calidad a la educación, pero también innovar desde nuestras carreras de
computación para aportar al cambio de la matriz productiva de nuestro país y
que su base esté sustentada en el conocimiento y las tecnologías digítales,
tenemos los recursos humanos y materiales para incidir y desarrollar el
ecosistema digital y no dudamos nuestro aporte al entorno económico global
signado por la economía del conocimiento.
La universidad amigable con el medio
ambiente
Estamos
llamados a jugar un papel clave frente al flagelo del cambio climático. El
privilegio de ser académicos que hacemos ciencia de manera permanente y que
nuestro quehacer está relacionado con la realidad de nuestro país, donde el
cambio climático nos afecta a todos, nos compromete a combatir con la ciencia y
con la acción esta compleja realidad. Esta no es tarea solo de los
ambientalistas, es de los sociólogos, matemáticos, ingenieros, etc. la
adaptación al cambio climático requiere de propuestas innovadoras.
Estamos
a las puertas de la próxima conferencia de las partes (COP 21, cumbre sobre
cambio climático ), a celebrase en Paris en diciembre de 2015, tenemos que
manifestarnos en cuanto a que en esas cumbres no se resuelve nada y como señalo,
en un artículo que me publicó el Nuevo Diario el 26-07-15, titulado “Cambio
Climático entre las COP y el territorio”; “Las
COP no han servido para nada en los territorios donde se enfrenta la realidad
del cambio climático” (15), por lo tanto, como universidad tenemos mucho
que aportar, ya lo hicimos cuando muchos universitarios participaron en un trabajo de campo en el
corredor seco segoviano, realizando un diagnóstico sobre los efectos de la
sequía del año 2014.
Hay
que continuar fomentando la conciencia ambiental, la conciencia ecológica, desarrollando propuestas innovadoras de adaptación
al cambio climático, por ejemplo, el programa de gestión de riesgo que se
impulsa desde la FAREM Estelí, es un
aporte invaluable frente al problema estructural del clima, esto implica
innovación permanente, dada la inestabilidad climática en que hoy vivimos, eso
implica también considerar en nuestro quehacer educativo el enfoque de sequía, porque hoy se ha vuelto
un fenómeno recurrente y es parte de la realidad interdisciplinar que no
podemos obviar.
El
Papa Francisco con La encíclica Laudato Si (Alabado seas), ha puesto el dedo en la llaga sobre la problemática
ambiental, porque no sólo hace un llamado de alerta ante el cambio climático,
con consecuencias desastrosas, sino urge acciones concretas ante la degradación
social que ha sufrido el planeta en los últimos dos siglos. Tenemos que estar
claros que no existe un planeta B y como dice la sociedad geológica de Londres : “Lo que está aconteciendo en el orbe, es un
nuevo tiempo geológico, como consecuencia de la aparición de una nueva fuerza
capaz de modificar por sí sola la faz de la tierra: La humanidad, y ese tiempo
geológico se denomina “El antropoceno”, en sustitución del holoceno, éste con
unos doce mil años de duración, que coincide con el inicio de la agricultura y
la expansión y evolución de las distintas civilizaciones humanas ha llegado a su fin”. (16).
La universidad en el campo
La universidad en el campo es una oportunidad
valiosa para la innovación y el
emprendimiento, porque sus estudiantes están inmersos en la universidad de la
vida. La universidad en el campo debe encaminarse a fortalecer el desarrollo económico local, a partir de que el
80% de los alimentos lo producen los pequeños y medianos productores, son un
factor clave de nuestra economía, en ese sector hay muchas iniciativas
innovadoras y emprendedoras, con ellos se debe popularizar la ciencia, porque
son miles de innovadores y emprendedores empíricos en el sector rural, que
podemos potenciar su formación, lo que
implica desde la universidad incidir en la economía campesina a través de
diferentes vías y esto es una oportunidad valiosa para el desarrollo de
iniciativas innovadoras y emprendedoras que reviertan el atraso y la pobreza
del sector rural, no hay duda que el relevo generacional de los productores,
sus hijos, son y deberán seguir siendo estudiantes de la universidad en el
campo.
Gran parte del éxito de la
sociedad del siglo XXI, será el éxito de sus emprendedores y la universidad ahí
tiene un reto con quienes garantizan la
seguridad alimentaria y parte de los rubros de exportación. ¿Será justo que
quienes producen la riqueza material del país, quienes no dejan caer el PIB,
sigan sin acceso al conocimiento? ¿O que sus hijos sigan el mismo camino? No es
justo, no es moral, no es ético. La universidad tiene un serio compromiso que
debe honrar y la universidad en el campo es una respuesta pertinente.
La extensión universitaria
Cuántas
experiencias de innovación se pueden desprender de la extensión universitaria? ¿Cuánto
emprendedurismo resulta de esa experiencia? En Córdoba, en 1918, se forjó la idea latinoamericana de la extensión universitaria, no obstante esta ha
evolucionado en base a reformas universitarias, que ha su vez ha dependido de
los contextos en que se ha desenvuelto la universidad a través de la historia.
La extensión
debe ser generadora de conocimiento, un proceso de aprendizaje de doble vía,
donde están dadas las condiciones para
el desarrollo de procesos de innovación y emprendimiento. Nuestros estudiantes
van a empresas, organismos, a instituciones de carácter social, instituciones
que tienen que ver con tecnología, con el tema ambiental, etc. por eso, la
extensión, debe repensarse, reflexionar sobre una concepción extensionista
donde factores de orden metodológico, académico y científico consideren su
pertinencia, su productividad, donde el sello de la universidad debe quedar muy
bien marcado, porque es la ciencia la que está llegando a la empresa, a la
escuela, al campo, etc.
Recientemente,
los estudiantes de la universidad participaron acompañando al primer grado de
primaria, como una tarea estratégica que solicitó el MINED. El involucramiento
de los estudiantes es un ejemplo valioso de extensión universitaria, donde la
formación integral se consolida, porque no solo se involucraron en la actividad
educativa, les permitió entender el entorno comunitario, participar de ese
entorno, analizar in situ la problemática del cambio climático en la zona seca,
que tienen que ver con medio ambiente, seguridad alimentaria, agua, etc. pero
también las alternativas de adaptación para enfrentar esa problemática, también
pudieron valorar la producción, la productividad en el campo, en fin, toda una
experiencia de vida, la universidad de la vida, la cual proporciona elementos
para la innovación y ejemplos de emprendimiento de los campesinos.
Una
maestra de la universidad me expresaba que, cuando los estudiantes se vinculan
con la realidad a través de las prácticas, el cambio es notable, por eso
considero que la extensión universitaria es clave en los procesos de formación
de los estudiantes, de su integralidad como seres humanos y ésto lo proporciona
la interdisciplinariedad de la realidad, por eso la extensión tiene resultados
innovadores y emprendedores que muchas veces son insospechados.
Autonomía
endógena y autonomía relativa de la superestructura desde la perspectiva
exógena
-Debemos estar claros del
significado de la autonomía, asumirla con responsabilidad. La autonomía decía
Mariano Fiallos Gil “Es goce y
padecimiento. Goce, porque el espíritu humano halla complacencia en su
libertad, y padecimiento, porque ese disfrute implica responsabilidad y
trabajo…y tal vez en todo esto más padecimiento que goce, porque la tarea que
tenemos enfrente es tanto más grande cuando más ausentes estamos de la historia
de la republica y porque muy poco se ha hecho por la cultura del
pueblo…recuperar el tiempo perdido es un trabajo enorme. Por lo tano hay que
emprenderlo ahora mismo”. (17).
Debemos defender la autonomía
porque es una conquista histórica y como parte de esa valiosa conquista, está la
libertad de cátedra que Implica mucha responsabilidad, tanto académica, científica, cultural y
política; debe ser la cátedra de calidad, donde la razón, el pensamiento
crítico, el pensamiento abstracto, la terrenalidad de ese pensamiento sea para
dar saltos de calidad en la educación terciaria, que la libertad de cátedra
sirva para innovar en el aula que es igual a innovar desde la educación que
siente las bases para emprender.
En los grandes proyectos de
nación, se refleja la autonomía relativa de la universidad como
superestructura, porque la universidad no puede estar al margen, precisamente
por ser universidad, por ser la academia, es decir, la universidad protagonista
de las transformaciones económicas y sociales visto desde la perspectiva
exógena. Por ejemplo, el Plan Nacional de Desarrollo Humano (PNDH
2012-2016) es el punto de referencia para
los cambios estructurales de nuestro país y la universidad está inmersa en los
diferentes componentes del PNDH. En el reciente congreso de julio en la UNAN
Mga, Telémaco Talavera Presidente del Consejo Nacional de Universidades (CNU), señalaba: “El objetivo del congreso era analizar el
papel que debe jugar la educación superior en la implementación del plan
nacional de desarrollo humano”. (18)
-Universidad-Empresa:
La
relación universidad empresa, hay que verla desde la universidad con mucha
responsabilidad y con mucho equilibrio académico, debe ser una relación
dialéctica donde esté de por medio el emprendedurismo social, frente al modelo
neoliberal generador de pobreza y desigualdad, donde en las relaciones
económicas impere el bien común y como dice el economista austriaco Christian
Felber: “ La economía del bien común reposa sobre los mismos
valores que hacen florecer nuestras
relaciones interhumanas : confianza, cooperación, aprecio,
co-determinación, solidaridad, y acción de compartir. (Según recientes
investigaciones científicas, las buenas relaciones interhumanas son uno de los
factores que más contribuyen tanto a motivar a los seres humanos como a hacerlos felices.)” (19)
Se
deben superar las perspectivas utilitarias y formalistas que conciben la
empresa como estructura de pensamiento único, dichosamente nuestra universidad
pública privilegia los valores en la relación universidad empresa, sobre todo
en estos tiempos en que el modelo neoliberal ha impuesto la idolatría del
mercado. Se trata de una distribución más justa de la riqueza y la academia
tiene mucho que aportar desde una perspectiva innovadora y emprendedora para
que en la relación universidad empresa, se den aportes sustanciales para un
desarrollo alternativo que genere riqueza, pero sin obviar la justicia social y
la lucha frontal contra el subdesarrollo, al respecto, Elmer Cisneros decía: “ La academia y la empresa son
entidades que deben estar juntas, como lo estamos haciendo en estos momentos,
la academia se nutre también de la empresa, y la empresa también debe nutrirse
de la academia”.
Es
fundamental que en la relación universidad-empresa desvinculemos el crecimiento
económico de la degradación ambiental, con esto hacemos un aporte invaluable a
la naturaleza y sobre todo a nosotros mismos que somos los que actuamos en el
medio y la economía no se puede anteponer a la naturaleza, con la naturaleza
sobreexplotada, no hay economía que valga.
-Por una filosofía de la innovacióny del
emprendedurismo.
Tenemos que elevar la innovación y el
emprendedurismo a categorías filosóficas, con un sentido y una praxis
dialéctica, que nos permita estar haciendo de otra manera las cosas, que
transforme y genere nuevas potencialidades técnicas y científicas en beneficio
de la comunidad universitaria, en particular y de nuestro país en general.
Donde haya problemas científicos, sociales, humanos, etc. ahí debe estar la
universidad con su espíritu innovador y emprendedor.
Como
espacio civilizatorio, como espacio de convivencia académica y científica, el
espíritu innovador y emprendedor debe ser la garantía de consolidar esos
espacios para que, al interior, rompamos con los perfiles clásicos de los
saberes y las profesiones y hacia afuera responder a las demandas de la
sociedad; Pero también cuando hoy la universidad habla de internacionalización,
no sólo es la relación que tenemos o podamos tener con otras universidades,
implica crear espacios de competitividad para la excelencia y eso solo es posible
investigando para innovar y para el emprendedurismo
social.
Que
la filosofía de la innovación y del emprendedurismo esté impregnada del concepto
y la praxis de genero, privilegiando el papel de la mujer, porque si hay madres
que sin haber ido a la escuela y con miles de sacrificios preparan a sus hijos,
una joven profesional cuando llega a ser madre es garantía de hijos bien
formados. Que esta filosofía esté centrada en el ser, así como lo está el PNDH,
porque un ser formado integralmente, innovando y emprendiendo es garantía para
su propio desarrollo personal y para el desarrollo nacional.
No
me queda la menor duda que nuestro
aporte por una filosofía de la
innovación y el emprendedurismo, será un aporte invaluable a la teoría
universitaria, a la reforma del pensamiento universitario, que como dije al
inicio, tenemos la capacidad y experiencia para hacerlo y de esa forma, posicionar a nuestra “casa de estudio” en el
círculo virtuoso de la ciencia y los valores por un siglo XXI más humano,
centrado en el ser.
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