viernes, 22 de febrero de 2013

El conocimiento de Nuestra Historia.



Msc. Eduardo López Herrera. Docente de historia y Miembro del Concejo de Facultad. FAREM



Los nicaragüenses tenemos la obligación de conocer nuestra historia, conocer cuáles  son nuestras raíces, como ha sido nuestro desarrollo como nación, para analizar desde el presente el pasado histórico, como también visualizar el futuro, nuestras perspectivas como nación frente a un siglo XXI caracterizado por la globalización, por la sociedad del conocimiento y por las incertidumbres racionales.
En la medida en que desconocemos nuestra historia, nuestra realidad, en esa medida nos sentimos menos identificados con nuestro país, con nuestra patria, incluso maldecimos nuestro país. La falta de valores, del sentido de nación, de los referentes patrióticos, nos lleva incluso a hablar diferente, por ejemplo: vamos a Costa Rica unas semanas y venimos hablando como ticos, ya no se diga si nos vamos a Estados Unidos y por más tiempo.
Conocer e interpretar nuestra historia nos permite fortalecer nuestros valores culturales y nacionales, su conocimiento e interpretación pasa lógicamente por conocer nuestro pasado histórico, sus primeros pobladores, de donde llegaron, donde se asentaron, que desarrollo habían alcanzado, también tener claro el porqué de la presencia española y otras formas de injerencia externa, nuestra vida independiente, la revolución liberal de Zelaya, la gesta de Sandino, la dictadura somocista, la revolución sandinista y los últimos años caracterizados por el modelo neoliberal y la llegada nuevamente del sandinismo al poder. También conocer e interpretar nuestra historia es posible a través de visita a museos, lugares históricos, entrevistas a personalidades, etc. Por ejemplo: Las huellas de Acahualinca, la Hacienda San Jacinto, el cerro El Chipote, el Convento de San Francisco, el museo de Juigalpa, el museo de Estelí, son entre otros símbolos que permiten fortalecer nuestros valores.
Nuestra historia ha sido muy accidentada, son pocos los periodos de paz que hemos tenido, además nuestra posición estratégica desde el punto de vista geográfico ha significado la injerencia de potencias mundiales, por la ventaja comparativa que representa construir un canal interoceánico por Nicaragua. Desde el interés mostrado por los españoles en 1523 por la ruta canalera, hasta el siglo XX, con la firma del tratado Chamorro Bryan, se cerró una larga etapa de injerencismo pasando por los ingleses y por último Estados Unidos por adueñarse de ruta canalera. Después de la firma del mencionado tratado el injerencismo continuo, a través de otras formas de dominación, garantizando ese dominio a través de una de las dictaduras más sangrientas de América Latina, como  fue la dictadura somocista. La lucha contra la ignominia y el injerencismo en Nicaragua, tiene antecedentes muy visibles en la gesta de San Jacinto, Benjamín Zeledón, la lucha del General Sandino y el triunfo de la revolución sandinista en el  año 79, que dio al traste con el somocismo.
Los retos que como país tenemos en este siglo XXI son mayúsculos, sobre todo derrotar el flagelo de la pobreza como uno de los problemas estructurales más  serios, pero esto solo será posible con el esfuerzo de todos, impregnados de los valores que se derivan del sentido de identidad que como nicaragüenses tenemos y que debemos de fortalecer.
Febrero 2013. 




La Cumbre de Cambio Climático en Doha.

. Msc. Eduardo López H. Docente UNAN Estelí , Miembro del Concejo de Facultad y Director de ASDENIC.



Ha finalizado una cumbre más sobre cambio climático, e igual que las otras, ha sido intrascendente, frente a la seria amenaza que se cierne sobre el planeta y que se traduce cada día en efectos nocivos; que tendrá un  final dramático si no se actúa con beligerancia  y responsabilidad  que permita preservar la vida en nuestro globo terráqueo.
Las cumbres de Copenhague, Cancún y Durban, han sumado  una serie de compromisos que no logran materializarse en  resultados tangibles que detengan el avance vertiginoso del cambio climático, sobre todo  la negativa de los países más ricos y de los llamados emergentes por reducir los gases de efecto invernadero, igualmente en la cumbre de Doha, celebrada entre el 26 de noviembre y el 7 de diciembre del 2012,  la tendencia se mantuvo, no hubieron acuerdos de fondo, incluso, los mismos no satisfacen las recomendaciones de los científicos, que han venido pidiendo medidas más rigurosas ante efectos tan visibles como olas de calor, tormentas de arena, inundaciones, sequías, subidas de los niveles del mar, etc.
En este encuentro mundial, el protocolo de Kioto, continuó siendo el único tratado internacional vinculante para la reducción de  gases de efecto invernadero, llegando al acuerdo de prorrogarlo hasta el 2020, no obstante, ya todos sabemos la historia de Kioto, no hay compromisos serios de muchos países por reducir el calentamiento global, dejando esta prórroga que será de ocho años, más preguntas que respuestas sobre este flagelo que cada día se extiende con consecuencias insospechadas para la humanidad, por ejemplo, aparte de China y Estados Unidos, los mayores contaminadores que se resisten a firmar el protocolo, Rusia, Japón y Canadá, entre otros; no han accedido a este nuevo compromiso y si a esto le agregamos que será hasta este año 2013, que se continuarán las negociaciones sobre la demanda de los países en vías de desarrollo que vienen exigiendo mayores donaciones para poder enfrentar las emisiones de gases de efecto invernadero, añadiéndole además  que el llamado fondo verde,  una propuesta que viene de la cumbre pasada y que será hasta el 2020  su desembolso,  el panorama se vislumbra desolador y el  calentamiento global pica y se extiende , porque de no frenarlo, de no lograr un acuerdo mundial razonable, donde las grandes potencias  depongan sus arrogantes posturas y mezquinos intereses, las predicciones para el presente  siglo  son apocalípticas:  Se espera el incremento de la temperatura media mundial entre 1.4 °C y 5.8º C, para el 2100;  el ascenso del nivel medio del mar, con un incremento de hasta 88 centímetros para fin de siglo, el incremento de  las olas de calor con mas días de duración y mayores temperaturas y el aumento de las precipitaciones extremas más que las medias, tanto en frecuencia como en intensidad, son advertencias y signos que ya los estamos viendo y sintiendo, como es el caso de la presencia de la roya ( Hemileia Vastratix)  en la caficultura nicaragüense,  que según expertos, en gran parte su expansión está relacionada con la sequía y las altas temperaturas, incubándose el hongo hasta en cafetales que están a 1500 metros de altura. No tengo la menor duda, que la cosecha de café 2012-2013, está marcada por el cambio climático,  vaticinándose que para el 2050  se puede perder el 80% de este importante cultivo para el país. Para empezar, ya se ha perdido el 35% de la presente cosecha  que equivale a unos 450 mil quintales y más de 70 millones de dólares. ¿Y las cumbres de cambio climático? Muy bien gracias.
Enero 2013.